La inclinación sexual por personas del mismo sexo es un fenómeno que presenta algunas particularidades a distintos niveles de análisis. Posiblemente, la homosexualidad no sea un factor diferenciador significativo a nivel psicológico, social o económico, sin embargo, no está de más tener una mayor comprensión sobre este fenómeno que, en menor medida o bajo nuevos argumentos, continúa generando algunas controversias políticas.
Datos globales
Existe una relación entre el crecimiento y riqueza de un país y el Global Index on Legal Recognition of Homosexual Orientation (GILRHO); aunque esto puede reflejar que las sociedades más ricas tienden a preocuparse más por la inclusión, la relación no es perfecta y no todos los países ricos miestras un alto grado de aceptación, hay patrones culturales e institucionales que influyen sobre el nivel de apoyo y aceptación hacia la homosexualidad.
Analizar los países con mayor y menor grado de aceptación y apoyo hacia la homosexualidad puede ayudar a identificar un patrón: las sociedades más liberales y abiertas, tanto comercial como culturalmente, tienden a mostrar una mayor aceptación. En Europa, los países con mayor grado de aceptación incluyen a España, Francia, Alemania, República Checa, Malta y Dinamarca. En contraste, Rusia y Polonia presentan menores niveles de aceptación. Mientras, en Medio Oriente, Israel y Líbano muestran la mayor aceptación, mientras que Palestina y Jordania tienen los niveles más bajos. De manera similar, en África, Sudáfrica muestra la mayor aceptación, mientras que en Oceanía, Australia y Filipinas son los más aceptantes, con Malasia, Indonesia y Pakistán mostrando los menores niveles. En Sudamérica, Argentina, Chile y Brasil presentan los mayores niveles de aceptación hacia la homosexualidad.
En Estados Unidos las parejas homosexuales son de mayoría blanca y muestran niveles de empleo y educación ligeramente por encima del promedio de parejas heterosexuales. Las parejas de dos hombres sueles ser las más «privilegiadas», algunas estimaciones sugieren que las parejas casadas del mismo género masculino ganan $18,000 más que las parejas casadas de diferente género, y las parejas casadas del mismo género femenino ganan $3,000 menos que las parejas casadas de diferente género.
Matrimonio igualitario
El matrimonio civil es una institución que, aunque paralela al derecho civil de libre asociación, posee una historia y características propias, diferenciándose de otras formas de asociación. Por tanto, es la libre asociación —un contrato entre partes libremente pactado— lo que podría considerarse un derecho en sí mismo, más que el matrimonio per se.
Por otro lado, el matrimonio igualitario, si bien no aborda el problema estructural de fondo, incorpora a parejas más diversas en un sistema que implica costos burocráticos significativos. No obstante, dado que la libre asociación se encuentra restringida en los Estados modernos, el matrimonio civil emerge como una solución práctica. Este ofrece beneficios que deberían estar disponibles para todas las parejas, sin discriminación alguna.
Homosexualidad en la antigüedad
La dificultad de cualquier registro histórico o actual sobre homosexualidad radica en que registrar un acto homosexual no es equivalente a conocer la orientación sexual del sujeto. Los investigadores que estudian la homosexualidad suelen encontrar con frecuencia respuestas que indican que el sujeto tiene preferencias claras por el sexo opuesto, pero durante su adolescencia o en situaciones muy eventuales ha tenido relaciones con personas del mismo sexo, sin embargo, el sujeto no se considera a sí mismo como homosexual, ni acepta que se les registre o etiquete como tal. Esto puede hablar de prejuicios o tendencias en la respuesta, pero también de una genuina experiencia subjetiva de que la orientación no queda definida por las conductas, especialmente cuando son puntuales.
Homosexualidad masculina y femenina
Además, a lo largo de la historia el foco no siempre ha estado sobre el sexo de la pareja, sino en la relación activo-pasivo. Tanto en la antigua Roma, como en ideologías presentes en la ciudad de Nueva York de principios del siglo XX, podemos encontrar una idea que se resume en «Ser activo es ser varón, sea cual sea el sexo de la pareja pasiva.»[1]. En consecuencia, el rol activo es lo que se ha asociado con lo varonil pero también con el poder y el estatus, en muchos casos no había costos reputacionales por ejercer el rol activo, únicamente si se ejercía el pasivo.
La homosexualidad masculina y femenina no han llevado el mismo trato. Por ejemplo, en los libros de medicina de la antigua china se encuentra registro de que la polución nocturna, la homosexualidad masculina y la masturbación se asocian a perder energía vital limitada, mientras que en las contrapartes femeninas no; el lesbianismo se consideraba una costumbre que no se podía evitar (por la forma de vida que llevaban las mujeres) y por lo tanto era más aceptada[2]. Además, la homosexualidad masculina abierta y visible se ha asociado con excesos y debilidades.
Desde el punto de vista biológico o evolucionista
Algunos autores[3] plantean que la homosexualidad no puede comprenderse desde la idea de selección sexual que implica que los hombres y las mujeres se presionan evolutivamente para favorecer ciertos genes que son adaptativos y señalizadores de buenas cualidades. No obstante, ello no implica que los homosexuales no estén influenciados por los mismos patrones de la selección sexual[4], como que las lesbianas puedan mostrar preferencias similares a la de las mujeres heterosexuales y valorar positivamente a las parejas mayores o los hombres homosexuales estén más abiertos o interesados en parejas más jóvenes o de menor estatus.
La homosexualidad es tan natural como la heterosexualidad (ambos se presentan en varias especies). Pero para entender su naturaleza debemos diferenciar apareamiento de reproducción, ya que toda reproducción implica apareamiento, pero no todo apareamiento implica reproducción. Por ello algunos se preguntas, ¿de qué sirve el apareamiento si no es reproductivo? Y la respuesta es: la selección social[5].
Selección social
Los humanos y otras especies emplean el apareamiento para establecer o estrechar vínculos de apoyo o de poder, el sexo entre personas del mismo sexo puede ser lúdico, romántico o terapéutico; así como un medio para marcar el estatus y poder o inclusive sobrevivir, por ejemplo, convirtiéndose en la pareja de una persona más fuerte dentro de una cárcel o haciéndose con un buen mentor o proveedor.
La homosexualidad tiene componentes hereditarios como muchas otras conductas, se encuentra mayor probabilidad de que gemelos criados por separado compartan la misma orientación sexual. La heredabilidad no descarta que ciertos ambientes favorezcan su aparición, especialmente en los últimos años donde ha habido un aumento importante de homosexuales y bisexuales, algo que responde a subidas en la homosexualidad adquirida (socialización) y no en los genes vinculantes.
Los homosexuales pueden favorecer sus propios genes a través de una eventual reproducción[6] natural o por medio de las tecnología o instituciones como la gestación subrogada o bancos de esperma; sin embargo, también pueden hacerlo a través de la selección indirecta al aumentar la aptitud reproductiva de sus parientes y la selección por parentesco apoyando a personas con genes (características fenotípicas) similares a uno mismo.
Conclusión
A pesar de que no siempre ha sido entendido de la misma forma, la homosexualidad ha acompañado a la humanidad desde sus inicios. Las diferencias de sexo también ejercen su influencia, generando diferencias psicológicas y socioeconómicas entre las parejas de hombres y de mujeres. Sus funciones adaptativas no son descartables, y pareciera que bajo ciertos contextos toman mayor protagonismo y aceptación, mientras que bajo otras condiciones tiene a la represión y el castigo. La aceptación de la homosexualidad no muestra linealidad a lo largo de la historia, es decir, la humanidad no ha pasado de menor a mayor tolerancia; en realidad, en un mismo periodo histórico encontramos sociedades con altos y bajos niveles de aceptación.
Actualmente la homosexualidad está inmersa dentro de una agenda política de corte progresista y socialista, pero ello no implica que los altos niveles de aceptación se asocien a este tipo de ideologías. La reacción neoconservadora pasa por considerarlos una amenaza hacia la «familia tradicional», pero si entendemos su naturaleza podemos verlo como un complemento a la «familia tradicional». Una sociedad puede perfectamente ser abierta al capitalismo, el liberalismo, la homosexualidad, a la vez encuentre virtuoso y promueva los valores de la monogamia, la familia unidad y la baja preferencia temporal en parejas del mismo sexo y de diferentes sexos.
Notas
[1] Williams, C. (2010). Chapter 5. Sexual Roles and Identities. Roman Homosexuality.
[2] (p. 66, 115,162, 278) Gulik, R. H. V., & Blanco Facal, R. (2000). La vida sexual en la antigua China.
[3] Roughgarden, J. (2013). Chapter 14: Sexual Orientation. Evolution’s rainbow: Diversity, gender, and sexuality in nature and people. Univ of California Press.
[4] Jankowiak, W. R., Hill, E. M., & Donovan, J. M. (1992). The effects of sex and sexual orientation on attractiveness judgments: An evolutionary interpretation. Ethology and Sociobiology, 13(2), 73-85.
[5] La selección social es un proceso evolutivo donde la supervivencia y el éxito reproductivo de un individuo dependen de sus interacciones con otros miembros de la sociedad. A diferencia de la selección natural, que se basa en la supervivencia del más apto frente a las condiciones ambientales, y de la selección sexual, que se centra en la capacidad de atraer parejas, la selección social implica habilidades sociales como la cooperación y la formación de alianzas, que pueden influir en la reproducción y la supervivencia dentro de un grupo social.
[6] Las parejas homosexuales presentan mayor proporción de hijos biológicos que adoptados, las parejas de hombres son quienes recurren más a la adopción.
Ver también
Una perspectiva libertaria sobre el movimiento de los derechos de los homosexuales. (Walter Block).
Los reaccionarios culturales. (Fernando Parrilla).
Salir del armario (ideológico). (José Antonio Baonza Díaz).
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