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La economía a través del tiempo (XV): Grecia y la Economía como ciencia

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Hasta el momento, todos los escritos presentes en esta serie de artículos contienen una serie de características generales. Como se ha mencionado anteriormente, las directrices económicas, que reflejaban el pensamiento de la época sobre esta disciplina, se camuflaban entre discursos morales (e incluso religiosos) y estaban cargados de elementos legendarios, posiblemente porque reflejaban una transmisión oral que se pudo dar antes de haber quedado fijados en un escrito. En Grecia todo cambia. El pensamiento económico empieza a desarrollarse, aunque sumergido y mezclado entre otras ciencias, en aquella civilización, según mantienen diversos autores académicos (Barrantes, 2012, p. 82).

Los albores del pensamiento económico

Barrantes defiende que los filósofos griegos fueron pioneros en el análisis de lo que hoy denominamos Economía. Las líneas abordadas por estos pensadores, en términos generales, vendrían a tener relación con la incipiente actividad comercial que influyó sobre el desarrollo de los siglos IV y III a.C. Así, Heródoto, Teuclides, Hesíodo y Jenofonte fueron los primeros en dedicarse al estudio de la primitiva Economía y Platón y Aristóteles crearon “conceptualizaciones más sistematizadas en relación con los aspectos económicos de la vida en la polis” (p.83).

No obstante, otros autores (Pérez, 2004) consideran que no existe un pensamiento económico como tal en los pensadores griegos, sino “indicios de un germen” (p. 67) de esta disciplina, especialmente en Aristóteles. Serán los lectores los que tomen la última palabra tras los análisis que se realizarán en las próximas entregas de esta columna.

Sea como sea, la palabra economía nace del griego (oikonomia). Según Pérez (2004), “oikonomia es una palabra compuesta, procedente del sustantivo oikos y del verbo nemo. Mientras que la traducción de este segundo término no presenta mayores problemas (nemo significa distribuir, administrar), el primero es un vocablo de difícil traducción al castellano” (p. 62).

Oikonomia

La autora mantiene que oikos viene a referirse a un término más amplio de lo que hoy se conoce como familia, es decir, se refiere a una comunidad humana básica, a la que se suman todas las propiedades, los espacios físicos y todos los elementos tanto materiales como inmateriales que la componen. Así, la Economía vendría a ser, siguiendo su significado original y su etimología, la administración del núcleo familiar, lo doméstico, las propiedades de la pequeña comunidad, del oikos. La primera vez en utilizar el término oikonomia o, más bien, oikonomikos, es, posiblemente, en el libro de Jenofonte (2016) que lleva el mismo título, escrito en el siglo IV a.C.

Ahí, el griego define el “hacerse cargo de una hacienda”, es decir, administrar (nemo) una hacienda (oiko), como ser capaz de “cubrir gastos, hacer economías y acrecentar la propiedad” (p. 214). Vemos, por tanto, pese a la posición anteriormente mencionada de Pérez (2004), que sí existe en Grecia un cierto sentido disciplinado de la Economía, centrada en la creación de riqueza, es decir, no sólo en el mantenimiento de la pequeña propiedad sino también de su expansión.

Economía en la ética

Es más, para Jenofonte (2016) una hacienda (oikos) está compuesta por “todo lo que uno posee, aunque ni siquiera esté en la misma ciudad que el poseedor”. Esto es, la Economía primitiva sería una especie de micromicroeconomía centrada en las finanzas personales, algo que, por otra parte, es uno de los temas más demandados por el público en general actual, sobre todo a partir del auge de las criptomonedas y los activos disponibles para la mayoría de la población.

Es difícil afirmar que el estudio de la administración de la propiedad personal no es susceptible de ser considerado como una disciplina. Los grandes modelos macroeconómicos nacen en la Modernidad, en un contexto mucho más complejo, con una tecnología mucho mayor y en un mundo mucho más interconectado. No obstante, aunque la escala es diferente por las circunstancias, la gestión de lo próximo y cercano también requiere de técnicas elaboradas y de desarrollos teóricos, especialmente en un momento tan temprano en el que no ha existido tal cosa todavía.

La Economía babilonia, arcadia o egipcia también se dedicaba a estas cuestiones, aunque, como se ha mencionado, también hacía referencia a medidas y políticas que se podían aplicar en reinos y comunidades más amplias. La diferencia en los griegos estriba en la profundización de los fenómenos económicos, algo que vino de la mano con la filosofía en general. Se verá, también, como los griegos no desapegan las cuestiones económicas de la ética, pues en sus textos dedicados a tal rama aparecerán numerosas referencias a la Economía.

Bibliografía

Barrantes, H. A. (2012). La historia de la economía desde Platón hasta los Romanos. Revista Logos Ciencia & Tecnología, 4(1), 82-95

Jenofonte (2016) Recuerdos de Sócrates, Económico, Banquete y Apología de Sócrates. Editorial Gredos

Pérez, M. D. M. (2004). Oikos y oikonomia: El análisis de las unidades domésticas de producción y reproducción en el estudio de la Economía antigua. gerión, 22(1), 61-79

Serie La economía a través del tiempo

1 Comentario

  1. Me siento extraño raro viendo basada la etimología de la palabra economía sobre ‘nemo’ en vez de sobre ‘nomos’ (lo que me ha animado a buscar en wikipedia, hecho que agradezco).

    En sociología, el nomos (del griego νόμος) se refiere a los códigos provisionales (hábitos o costumbres) de la conducta social y política, socialmente construida e históricamente (incluso geográficamente) específicada. El término deriva del griego νόμος, y se refiere, no solo a las leyes explícitas, sino para todas las reglas normales y formas que la gente da por sentado en su día a día. Fue solo en determinado momento histórico característico de la evolución de la polis de Atenas que pasó a considerarse nomos como sinónimo de orden, válida y obligatoria para aquellos que caen bajo su jurisdicción (aparte de que se considere que es una construcción social con dimensiones éticas).

    Y es que fueron los sofistas los que introdujeron ‘physis’ vs ‘nomos’ (lo natural frente a lo artificial) como una dicotomía, pero Hayek y otros señalaron acertadamente (y recuperaron y reintrodujeron su verdadero sentido, en lo que tuvo un papel clave el libro de Carl Menger sobre metodología) que dentro de lo artificial también existe una diferencia entre los hábitos compartidos o instituciones espontáneas que ayudan a constituir un orden abierto bottom-up por auto-organización (cosmos), y la conformación coactiva de una organización de arriba a abajo (taxis).

    Dos artículos recientes sobre ello son:
    — Jerzy Zajadlo (2020) «The Concept of Nomos –Some Remarks» (revista Krytyka Prawa –me alegro de ver que cada vez más vienen cosas interesantes desde Polonia–): https://www.academia.edu/76288185/The_Concept_of_Nomos_Some_Remarks
    — Raimondo Cubeddu (2020) «Leoni and Hayek on Nomos and Physis» (revista Il Politico, fundada por Bruno Leoni): https://www.academia.edu/77073169/Leoni_and_Hayek_on_Nomos_and_Physis

    Ver también la primera parte de Derecho, Legislación y Libertad de Unión Editorial (que creo que está traducido por el profesor Huerta de Soto o bajo su supervisión) titulada «Normas y orden», con 6 capítulos: I Razón y evolución; II Cosmos y taxis; III Principios y conveniencia; IV Cambios en el concepto de ley; V Nomos, la ley de la libertad; VI Thesis, la ley de la legislación.


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