Hasta este momento, se ha analizado de forma soslayada la importancia de los griegos para el pensamiento económico histórico. Lo cierto es que prácticamente cualquier pensador se detiene en esta época, pues es donde nace el pensamiento sistemático y elaborado y los textos más complejos. Uno de ellos es La Ilíada, una de las primeras obras de la Antigua Grecia, escrita alrededor del S. VIII. Si bien es verdad que Homero no pretende realizar un análisis económico en este relato, también lo es que pueden extraerse elementos interesantes y útiles para entender ciertos elementos económicos. Uno de ellos aparece al principio de la obra.
La narración comienza describiendo el secuestro de la hija de Crises (Criseida). Este, ingenuamente, trata de negociar con los aqueos, el grupo de secuestradores. El objetivo es cambiar a su hija por un rescate, algo que los aqueos aceptan de buena gana (Homero, 1995, 3-4). Sin embargo, Agamenón se vio ofendido por dicho pacto e intervino:
No te encuentre, ¡oh anciano!, otra vez en mis cóncavas naves, ni porque permanezcas aquí, ni porque aquí retornes, no podrían valerte ni el cetro del dios ni sus ínfulas. No la quiero entregar. La tendré en mi palacio de Argos hasta que, de su patria alejada, en mi casa envejezca manejando un telar y, además, compartiendo mi lecho, Vete ya; no me irrites, si quieres partir sano y salvo (Homero, 1995, 4).
Agamenón en la Ilíada
En este sentido, si se hace una traslación a lo económico, vemos cómo dos partes han llegado a un acuerdo (la hija por la recompensa) y, sin embargo, existe un elemento externo, en este caso Agamenón, que lo rechaza y decide intervenir. El caso es que la intervención, y lo que deshace el acuerdo entre las partes, se realiza desde la amenaza violenta de quien en ese momento es una figura de autoridad, aunque sus intenciones no sean más que quedarse con la hija para hacerla concubina.
Para llevar a cabo esta intervención, Agamenón no emplea la violencia de forma directa. Meabe (s.f.) explica que “el primer elemento de la estructura interna del Mandato de Agamenón se configura como una dicotomía compuesta por el par ordenado orden><advertencia (p.2)”. Y este monólogo va tomando forma hacia lo agresivo:
La fórmula de la orden en principio aparenta solo una advertencia y toda la primera secuencia, que corresponde a los versos 26-29, se insinúa en esa dirección, pero a medida que Agamenón precisa sus intenciones pone en descubierto su poder y este define al final, en el verso 32 la contracara de la advertencia al ordenarle al sacerdote que no lo provoque (Meabe, s.f., 2).
Ese poder que muestra Agamenón se ve en la referencia a las “cóncavas naves”, pues revela de la capacidad operativa de guerra del caudillo. Así, lo que para el lector moderno puede parecer algo sutil, para el griego de la época, corresponde con una clara advertencia o, más bien, como una forma de dominación:
Ante todo, la dominación normativa tiene como contrapartida, en la estructura interna del mandato de Agamenón, la apropiación física del más débil que se sostiene bajo la forma de una proposición afirmativa y enfática (Meabe, s.f., 4)
Por tanto, Agamenón ejerce esa capacidad de dominación sobre un acuerdo entre partes, algo que, trasladándolo a tiempos más modernos, difiere con el respeto a los pactos que predican las filosofías adscritas al libre mercado. Este caso muestra, también, como es plenamente posible la ruptura violenta de un acuerdo por parte de un agente no gubernamental o estatal, pues el héroe tan sólo ha tenido que hacer ver su capacidad de dominio.
Bibliografía
Homero (1995) Ilíada. RBA
Meabe, J. E. Materiales y notas para la Historia de la Teoría del Derecho Natural del Más Fuerte en la Ilíada de Homero. Instituto de Teoría General del Derecho
Serie La economía a través del tiempo
- (I) El estudio de la historia del pensamiento
- (II) Individuo y colectivo, comunidad y sociedad
- (III) El Estado y las formas de intervención
- (IV) La primera disciplina fue la economía
- (V) La educación y el trabajo para los sumerios
- (VI) Los impuestos para los sumerios
- (VII) La riqueza para los asirios
- (VIII) Urakagina, el primer Juan de Mariana
- (IX) La meritocracia y el ahorro para los egipcios
- (X) Los egipcios se adelantaron a Weber
- (XI) Los egipcios se adelantaron a Aristóteles
- (XII) La política económica de los egipcios
- (XIII) Jóvenes y estabilidad política para los egipcios
- (XIV) Riqueza y divinidad en la antigüedad
- (XV) Grecia y la economía como ciencia
- (XVI) Del oikos a la polis griega
- (XVII) Grecia, Hesíodo, la escuela austríaca y el buen conflicto
- (XVIII) La escuela austríaca y los sofistas
- (XIX) El error de Marx con el comercio griego
- (XX) Marx y el capital en la antigua Grecia
- (XXI) Adam Smith, Grecia, y la economía de guerra
- (XXII) Adam Smith y la riqueza del maestro griego
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