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La economía a través del tiempo (XXI): Adam Smith, Grecia y la economía de la guerra

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La importancia de Grecia para el pensamiento económico se vuelve a hacer evidente en Adam Smith. El escocés invoca de nuevo, igual que los autores ya mencionados, los antiguos modelos en su obra magna La riqueza de las naciones. En el caso que se analiza en este texto, el autor escocés utiliza a los griegos para estudiar los cambios económicos del ejército, es decir, las diferencias existentes entre los Estados modernos y las comunidades antiguas a la hora de proveer defensa. Smith, en general, considera que la civilización profesionaliza al militar, pudiendo tener estas afirmaciones varias consecuencias, algunas no necesariamente acertadas.

En el Libro V, Smith (1805) comienza a elaborar su análisis explicativo sobre las razones que diferencian el ejército moderno al antiguo en términos económicos:

El número de los que pueden ir a la guerra con respecto al de las demás gentes del pueblo es necesariamente mucho menor en el estado civilizado y culto de una sociedad, que en el inculto y grosero. Como en una Sociedad civilizada los soldados se mantienen enteramente por el trabajo de los que no lo son, es necesario que el número de los primeros no exceda de lo que pueden los segundos cómodamente mantener, después de sustentar conforme al estado de cada uno tanto a sí mismos como a los oficiales públicos del Gobierno civil y político, a quienes están igualmente obligados a sostener (pp. 8-9).

Economía y Ejército en Grecia

Así, como parece lógico, el sector privado debe de generar suficiente como para su propia supervivencia, la del resto de funcionarios del Estado y, para que haya un ejército; debe de sobrar el suficiente monto como para mantenerlo. En cambio, según el pensador, en Grecia la cuestión era diferente:

En los distritos agrarios de la Antigua Grecia, se consideraban soldados, y aún solían, según se dice, salir a la campaña hasta una cuarta o una quinta parte de todo el cuerpo del pueblo. Pero, entre las Naciones civilizadas de Europa, está computado, generalmente, el número de soldados que cada una puede emplear sin arruinar el país que les mantiene, en una centésima parte de todos sus habitantes (p. 9).

En ese sentido, lo que Smith quiere decir es que, de forma irremediable, la civilización, la riqueza y el desarrollo social y económico conducen a liberar a la población de preocupaciones relacionadas con la defensa, la guerra y el ejército. Antes, según sostiene, la responsabilidad defensiva recaía sobre toda la sociedad. Pero los Estados modernos ayudaron a eliminar tal situación:

En todas las repúblicas de la Antigua Grecia era una parte necesaria de la educación impuesta por el Estado a todo ciudadano libre, el aprender ejercicios militares. En toda ciudad había un campo público en que, bajo la inspección de un magistrado civil, se enseñaba a la juventud por varios maestros sus diferentes ejercicios. (…) Y en este establecimiento público consistía todo el gasto que una República griega hacía para preparar a sus ciudadanos para la guerra (pp. 9-10).

El adanismo de Adán

Sin embargo, estas afirmaciones, que relacionan a Grecia con estado primitivo (“inculto y grosero”, les llega incluso a denominar a aquellas comunidades) que obliga por las circunstancias de la producción y de las necesidades económicas a involucrar activamente al pueblo en la guerra, pueden contrastarse hoy con el desarrollo de los Estados modernos, los cuales, en numerosas ocasiones, han creado servicios militares obligatorios para todos los ciudadanos. En España, la mili era obligatoria hasta bien entrada la democracia. En Suiza, lo sigue siendo. Y en dictaduras comunistas, como Corea del Norte, lo mismo.

Por tanto, el análisis de Smith sobre la diferencia entre la profesionalización del ejército dependiendo del grado de avance económico y civilizatorio cae en cierto adanismo, y el tiempo, sobre todo el siglo XX, ha ido invalidándolo. Más bien pareciera que existen dos vertientes en la defensa de los Estados: uno que es, efectivamente, una profesionalización a través del avance tecnológico y la especialización. Otro, que contradice a Smith, que es el relato nacional bajo el que se construyen los Estados modernos, un relato que involucra directamente a todo ciudadano en la protección y defensa de la comunidad política.

Bibliografía

Smith, A. (1805) Investigación de la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (Vol. 4). Valladolid: en la Oficina de la viuda e hijos de Santander.

Serie La economía a través del tiempo

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