Por décadas, el desarrollo económico latinoamericano ha girado en torno a un nombre: Raúl Prebisch. Desde 1949, el creador del Banco Central de la República Argentina (BCRA) y luego secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) impuso un diagnóstico (deterioro de los términos de intercambio y estructura centro–periferia (hoy renombrada como norte–sur global), la conocida tesis Singer-Prebisch que definiría el rumbo político y económico de la región. Su influencia se tradujo en un programa de acción estatal basado en planificación central, bancos de desarrollo, protección arancelaria y una cultura de dependencia que ató a los sectores productivos al Estado, el conocido modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI).
La llegada de Javier Milei a la presidencia de Argentina invierte esa ecuación histórica. No busca corregir fallas del mercado ni compensar términos de intercambio adversos; apunta directamente a desmantelar los fallos del Estado que, en buena medida, fueron consolidados bajo el legado prebischiano. Milei representa, en sentido estricto, la negación completa del paradigma de Prebisch: donde el estructuralismo veía dependencia y planificación, él ve sobrerregulación y obstáculos a la libertad económica.
El creador vs. El detonador del BCRA
Prebisch fue el arquitecto del Banco Central de la República Argentina en 1935. Adaptó al contexto local el proyecto de Otto Niemeyer y, bajo la Ley 12.155, diseñó una institución destinada a enfrentar su diagnóstico: la vulnerabilidad externa de un país agrícola-exportador y la fragilidad bancaria tras la crisis de 1929. Su BCRA nació para regular, planificar y administrar divisas, los orígenes del cepo cambiario. Casi un siglo después, Milei propone exactamente lo opuesto: cerrar el Banco Central, eliminar la emisión discrecional, eliminar el cepo y desmontar el andamiaje regulatorio que Prebisch ayudó a construir y anclar en la política. Si Prebisch fue el creador, Milei se presenta como su detonador.
Paternalismo industrial vs. Desarrollo de la sociedad comercial
Para Prebisch (1949), la industrialización por sustitución de importaciones debía ser un proyecto deliberado del Estado: aranceles prohibitivos para frenar la competencia externa, licencias y cupos para decidir qué se podía importar, controles y racionamiento de dólares, subsidios dirigidos a la industria local y un tipo de cambio administrado como herramienta política. Todo este andamiaje buscaba proteger “al débil” frente al centro industrial (norte global, globalización Furtado (1999)), pero lo hacía sustituyendo la disciplina y dinámica del proceso de mercado por una arquitectura de privilegios, restricciones y dependencia permanente del político.
Este andamiaje produjo exactamente lo contrario a lo prometido: blindó y perpetuó sectores ineficientes, anuló la competencia como proceso de descubrimiento y generó rentas políticas que desviaron talento hacia el lobby y la burocracia, no hacia la innovación. La ISI no industrializó a América Latina: la cartelizó. Los países quedaron atrapados en sectores zombis, sostenidos artificialmente por política monetaria, fiscal y cambiaria. Y hubo un costo silencioso que rara vez se menciona: la región fue empujada a mercados paralelos, la informalidad masiva. Importar no solo era caro; se volvió ilegal, y el comercio informal se convirtió en la norma.
Frente a este legado, Milei propone desmantelar el modelo: bajar aranceles, abrir mercados y devolverle a los precios la función de revelar información real, balanceo, no ficciones burocráticas. Su apuesta es simple y radical: que la industria que subsista sea la que merece hacerlo, no la que negocia favores.
Tipo de cambio múltiple, esquizofrenia monetaria vs. Modena sana
Prebisch justificó los controles cambiarios para priorizar importaciones “esenciales” y racionar divisas; es la misma lógica que sostuvo el cepo argentino durante décadas. Milei, en cambio, parte de un principio básico: todo control de precios, incluido el cambiario, produce escasez, mercados paralelos y corrupción. Ya lo advertía Mises: intervenir un precio obliga a intervenir el siguiente, hasta quedar atrapado en un bucle regulatorio que desemboca en una economía dirigida.
Argentina vivió esa deriva: el control cambiario de los años cuarenta se transformó con el tiempo en un monstruo regulatorio que bloqueó inversiones, encareció insumos y erosionó la productividad. Milei rompe con ese dogma: eliminar el cepo, unificar el tipo de cambio y desmontar la ficción de que un burócrata puede decidir mejor que millones de agentes qué importar, cómo y cuándo.
Estado planificador vs. Estado garante
En la visión de Milei, el Estado planificador padece tres límites insuperables: no puede calcular, porque opera ajeno a pérdidas y ganancias; no puede coordinar, porque el conocimiento relevante está disperso en millones de decisiones individuales; y no puede innovar, porque carece de competencia y de incentivos para descubrir mejores soluciones. El resultado, visible en toda América Latina, ha sido una acumulación persistente de déficits, sobrecostos y corrupción.
El Estado ISI terminó convirtiéndose en un monopolio que sofoca la iniciativa privada, frena a los consumidores y desplaza la empresarialidad hacia la supervivencia y la informalidad. Lejos de impulsar la transición del sector primario hacia una industria fuerte (la promesa original de Prebisch), la región quedó atrapada en estructuras productivas rígidas y en economías de subsistencia. Para Milei, y coherente con la tradición austriaca que reivindica, la única planificación que funciona es la que realizan los individuos en un marco de libertad. Su programa de privatizaciones, apertura y desburocratización busca precisamente devolver funciones al mercado y clausurar la larga era del modelo que Prebisch y la CEPAL anclaron.
Déficit crónico vs. Déficit cero
Prebisch defendía el gasto estatal contracíclico y la expansión fiscal como motores para “activar la demanda interna” y sostener la industrialización artificial. En la práctica, este enfoque produjo un Estado sobredimensionado, adicto al déficit e incapaz de financiarse sin inflación. El gasto improductivo no genera desarrollo; genera inversiones forzadas que aparentan actividad en el corto plazo pero empobrecen en el largo (mala inversión). Los años setenta lo revelaron con hiperinflación y las reformas “liberales” de los noventa no alcanzaron a revertir la inercia: una década después, el mismo Estado arrastraba el ISI bajo nuevas etiquetas neoestructuralistas.
El shock fiscal impulsado por Milei, déficit cero en el primer año de gobierno, es una ruptura frontal con el enfoque cepalino. Demuestra que la disciplina fiscal no es recesiva por naturaleza: es la condición para recomponer precios relativos, restaurar expectativas y reconstruir la base sobre la cual operan los mercados. La austeridad expansiva de Alesina, Favero y Giavazzi, (2019) en tiempo real.
Dependencia al norte global vs. Dependencia al Estado: la verdadera dependencia
La tesis de que el subdesarrollo es “estructural” permitió atribuir cada fracaso a otros países y justificar más nacionalismos e intervención estatal. Pero esa mirada desconoce la realidad económica: el desarrollo surge de abajo hacia arriba, desde la creatividad empresarial y reglas claras que permiten acumular capital. La auténtica trampa no estaba afuera, sino adentro. Una sociedad que culpa al centro, al norte, a Estados Unidos, al mercado o al contexto renuncia a hacerse cargo de su propio bienestar. La dependencia más paralizante es la que espera que el Estado resuelva lo que solo la iniciativa individual puede transformar.
El giro histórico: CEPAL en Chile vs. la anti-CEPAL en Argentina
El gesto simbólico es contundente: el país donde nació Prebisch, el estructuralismo y donde se elaboró el diagnóstico centro–periferia es hoy gobernado por un presidente que rechaza, punto por punto, sus premisas fundamentales: el proteccionismo, el cepo cambiario, la planificación central, la idea de dependencia estructural y el estatismo fiscal. No es un cambio de agenda; es una ruptura intelectual. Lo que emerge es la primera contrarrevolución conceptual del desarrollo económico en ochenta años: un intento de devolver la región al terreno de la libertad económica, la competencia y la responsabilidad.
Si el estructuralismo definió la trayectoria del siglo XX, este nuevo experimento aspira a delinear la del XXI. Y si logra consolidarse, América Latina podría presenciar el cierre del ciclo que la mantuvo atrapada en rigideces, proteccionismos, dependencias y victimismo estructural.
Porque, en esencia, no se trata solo de un nuevo gobierno: es un giro narrativo, el cambio de paradigma que dominó a América Latina durante décadas. Y ese giro puede transformarse en la mayor oportunidad económica que la región haya tenido en un siglo. Es, en última instancia, una corrección histórica: la mano invisible intertemporal ajustando las distorsiones heredadas del estructuralismo y devolviendo a los ciudadanos la posibilidad de un futuro elegido, no planificado. Son, como diría Milei, las fuerzas del cielo: la reivindicación del orden espontáneo sobre la ingeniería social, y finalmente la liberación del desarrollo.
Referencias
Alesina, A., Favero, C., & Giavazzi, F. (2019). Austerity: When It Works and When It Doesn’t. Princeton University Press.
Congreso de la Nación Argentina. (1935, 21 de marzo). Ley 12.155 — Disposiciones relativas al Banco Central de la República Argentina. Disponible https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/ley-12155-294177, fecha 21-03-1935
Congreso de la Nación Argentina. (2024). Ley 27.742: Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos. Boletín Oficial de la República Argentina. Disponible en https://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/310189/20240708
Furtado, C. (1999). El capitalismo global. Fondo de Cultura Económica
Prebisch, R. (1949). El desarrollo económico de la América Latina y algunos de sus principales problemas. Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Sember, F. R. (2018). Challenging a money doctor: Raúl Prebisch vs Sir Otto Niemeyer on the creation of the Argentine Central Bank. CONICET Digital. http://hdl.handle.net/11336/135876
Ver también
- Argentina y el síndrome de Peter Pan. (Bruno Di Grioli).
- YPF, Aduana, y la Argentina de Milei. (Bruno Di Grioli).
- Impuestos, Argentina, y otro paso más en la dirección correcta. (Bruno Di Grigoli).
- Votantes y mercados en el círculo virtuoso en Argentina. (Marcos Falcone).
- Competencia fiscal (III): una oportunidad para Argentina. (Bruno Di Grigoli).
- Por qué queremos cerrar el Banco Central. (Adrián Ravier).
- Argentina y el FMI, ¿amigos o enemigos? (Marcos Falcone).
- Argentina es un ejemplo de libro de por qué el control de los alquileres es una mala idea (Ryan Bourne).
- El legado de Alberdi y la revolución liberal de Milei. (Alejandro Piernas Andolfato).
- Jacques Rueff visita a Javier Milei. (Alejandro A. Chafuen y Leónidas Zelmanovitz).
- Javier Milei lucha contra el peor impuesto de todos: la inflación. (Marcos Falcone).
- Los resultados económicos de la gestión de Javier Milei. (Fernando Herrera).
- Los desafíos de Milei como presidente libertario más allá de la Argentina. (George Youkhadar).
- Por qué peleamos. (Cristóbal Matarán).
- Los 100 primeros días de Javier Milei
- ¡Quién sufriera una dictadura de Javier Milei! (Fernando Herrera).
- Los desafíos de Javier Milei. (Miguel Anxo Bastos).
- Rodos moros o todos cristianos. (Cristóbal Matarán).
- Javier Milei: la negociación y la persuasión median con el éxito. (George Youkhadar)
- Los cien días de Milei (Cristóbal Matarán).
- Las corridas de toros y el futuro de Argentina. (Santiago Dussan).
- Las ideas importan, y mucho. (Mateo Rosales).
- La hora de la verdad de Javier Milei. (Mateo Rosales).
- Victoria de Milei: lo que puede aprender España. (Benjamín Santamaría).
- Maradona, el asado y la libertad. (Alfredo Reguera).
- Javier Milei, un libertario camino de ser presidente de Argentina. (Santiago Dussan).
- Javier Milei y la bandera de libertad. (Mateo Rosales).
- ¿Es Milei el milagro económico que necesita Argentina? (Fernando Vicente).
- Milei, la opción liberal. (Mateo Rosales).
Author: Katherine Flórez Pinilla
Katherine Flórez Pinilla es doctora en Derecho y Administración de Empresas, mención Cum Laude por la Universidad de Lleida. Sus áreas de especialización incluyen el pensamiento económico, la economía del crimen y el análisis económico del derecho, con publicaciones destacadas en revistas académicas y participaciones en congresos internacionales. Es profesora titular en la Universidad del Externado de Colombia.


